¡Atención, Techies! Posible Reapertura del Asbesto Crisótilo en EE.UU.
Wilmington, Delaware – La Administración Trump, a través de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), podría reabrir la puerta al asbesto crisótilo. Este anuncio genera serias dudas sobre la salud pública y la regulación ambiental. Analizaremos las implicaciones,los riesgos conocidos del asbesto,la influencia de la industria y el apoyo del expresidente Donald Trump a esta sustancia.
Antecedentes de la Prohibición y su Contexto
En marzo de 2024, se anunció que la EPA, si Trump regresa al poder, planea revisar la prohibición del asbesto crisótilo. este proceso de 30 meses representa un giro de 180 grados respecto a la medida de la administración Biden, bajo Michael Regan. «La ciencia es clara: el asbesto es un conocido carcinógeno con graves impactos en la salud pública… Por eso, la EPA está muy orgullosa de finalizar esta tan necesaria prohibición de los usos continuos del asbesto,» declaró Regan.
Riesgos para la Salud y el Legado del Asbesto
El asbesto, alabado por sus propiedades, se reveló como un peligro: su exposición está ligada a más de 40,000 muertes anuales en Estados Unidos. Causa cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de ovario y de laringe.Más de cincuenta países ya lo habían vetado.
Oposición de la Industria y el Papel del Cabildeo
La industria, con grupos como el American Chemistry Council, siempre ha resistido las restricciones. La designación de Lynn Ann Dekleva, ex cabildera del consejo, como subadministradora adjunta de la EPA, levanta dudas sobre la influencia de la industria en las decisiones regulatorias.
La Postura de Trump y sus Implicaciones Políticas
Donald Trump ha sido un firme defensor del asbesto, llegando a decir que es «100% seguro, una vez aplicado,» según The Guardian. Esta afirmación contradice el consenso científico.
Implicaciones Globales y perspectivas Futuras
Esta reconsideración podría afectar las regulaciones internacionales. La mayoría de las naciones desarrolladas han desterrado el asbesto. un retroceso en EE. UU. podría socavar años de esfuerzos globales.
La decisión de la EPA es un tema que debería ponernos en alerta máxima. El riesgo para la salud pública es innegable, y la posible mano de la industria, sumada al historial de apoyo de Trump al asbesto, siembran dudas. Es imperativo que este proceso se someta a un escrutinio implacable,priorizando la salud y el bienestar de la población.
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